La guerra civil en Sudán cumple dos años, período durante el cual ha aterrorizado a la nación y diezmado la infraestructura y los servicios; ha atrapado a las mujeres y niñas en una pesadilla de violencia, desplazamiento y falta de acceso a atención médica. Entre el 70 % y el 80 % de los centros de salud de las zonas más afectadas han quedado apenas operativos o completamente cerrados a causa del conflicto.
La guerra ha creado la crisis de desplazamiento más grande del mundo, en que millones de personas huyen de sus hogares. Se han perpetrado atrocidades con impunidad, incluso violaciones sistemáticas y generalizadas .
Se estima que 91.000 mujeres darán a luz en los próximos tres meses, y muchas no tienen lugar seguro a donde acudir.
Dentro de los hospitales destruidos en la capital, Jartum, donde estallaron los primeros combates, resulta evidente el impacto de la guerra sobre las instalaciones sanitarias.
Más de la mitad de la población de Sudán (alrededor de 30,4 millones de personas) necesita asistencia sanitaria en 2025, pero los ataques que afectaron instalaciones, ambulancias, personal y pacientes, aunados a una masiva escasez de fondos, han dejado el sistema de salud en ruinas.
El UNFPA, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva, está trabajando para mantener las puertas abiertas y las luces encendidas en los centros de salud para las mujeres y niñas que necesiten servicios esenciales. Visitamos tres centros de salud que permanecen abiertos en el país para ver la labor vital que se está realizando en condiciones extremadamente difíciles.
En el Hospital Saudita y el Centro de Salud Kararai, en Jartum, los trabajadores sanitarios acuden todos los días para marcar la diferencia en la vida de las personas, proporcionando atención prenatal, partos seguros y opciones anticonceptivas dirigidas a prevenir embarazos no deseados, entre otros servicios.
“El caso más difícil que enfrenté fue ayudar a una mujer a dar a luz en un automóvil. Tenía complicaciones, pero no había manera de llegar al hospital. He llorado muchas veces, especialmente cuando las mujeres no pueden contactarnos para obtener la atención que necesitan”.
En el Hospital de Sennar, en el sureste del país, los paneles solares proporcionados por el UNFPA proporcionan energía para las funciones esenciales del centro.
Los paneles son cruciales, ya que los cortes de energía en todo Sudán han afectado fuertemente la atención obstétrica de emergencia, incluidas las cesáreas realizadas en la oscuridad.
Incluso antes del conflicto, menos de la mitad de los centros de atención obstétrica y neonatal de emergencia de Sudán estaban en funcionamiento. Esta atención especializada en Sennar es aún más rara, y más vital.
Desde el estallido de la guerra civil, el 15 de abril de 2023, el UNFPA ha:
El UNFPA insta a todas las partes a proteger a las pacientes y a los profesionales de la salud, y pide que se detengan todos los ataques contra los centros de salud y sus alrededores.
En 2024, el llamamiento del UNFPA para apoyar la labor humanitaria en Sudán sólo recibió financiación del 60 %. En 2025, el UNFPA pide 119,6 millones de dólares para su respuesta humanitaria en el Sudán. Sin embargo, el UNFPA ha sufrido considerables recortes de financiación a sus programas humanitarios en Sudán este año, incluidos recortes de 7,5 millones de dólares en fondos estadounidenses a las operaciones humanitarias para las personas afectadas por el conflicto.
Instamos a todos los donantes a que ayuden a llenar el déficit de financiación para prevenir el sufrimiento y la muerte evitables de mujeres y niñas en Sudán.
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