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Entre el estado de sitio y la supervivencia: Las inauditas luchas de las madres en Cisjordania
- 11 de abril de 2025
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CISJORDANIA, Territorio Palestino Ocupado – “Sufrí de fiebre posparto, pero llegar al hospital fue casi imposible debido al asedio a los servicios médicos”, comentó Sara*, de 26 años, del campamento de refugiados de Nur Shams, cerca de la ciudad palestina de Tulkarem.
Sara dio a luz hace poco más de dos meses, justo cuando las fuerzas israelíes comenzaron nuevas e intensas incursiones en múltiples áreas de Cisjordania, donde las mujeres embarazadas y las nuevas madres luchan diariamente con el desplazamiento y la denegación de atención médica.
“Ni siquiera podía volver a la clínica después de dar a luz para que chequearan a mi hijo”.
La Organización Mundial de la Salud ha informado de más de 720 ataques contra instalaciones de salud en Cisjordania desde octubre de 2023. Estos ataques, junto con las restricciones a la circulación y el cierre de los puestos de control, pueden causar retrasos potencialmente mortales para unas 73.000 mujeres embarazadas, además de poner en peligro la vida de los recién nacidos.
El estrés le cobró caro a Layla*, de 35 años, desplazada de su casa en el campo de refugiados de Tulkarem. "Desarrollé presión arterial alta y diabetes gestacional, pero no pude llegar a una clínica para recibir tratamiento", se lamentó al conversar con el UNFPA, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva, que se aseguró de que tanto la madre como el recién nacido recibieran un examen médico completo.
“Ni siquiera podía volver a la clínica después de dar a luz para que chequearan a mi hijo”. Además, como no me estaba alimentando, no estaba produciendo suficiente leche, por lo que se me hacía difícil amamantar”.
Desde principios de 2025, más de 40.000 personas han sido desplazadas en Cisjordania, en su mayoría de los campamentos de refugiados. El acceso a servicios esenciales, incluida la atención sanitaria, se ha vuelto cada vez más escaso.
Junto con la Sociedad Palestina de Socorro Médico, el UNFPA presta apoyo a cinco clínicas móviles de salud para ayudar a las mujeres y las niñas a acceder a atención primaria de la salud y a servicios de salud sexual y reproductiva, incluidas la atención prenatal y posnatal, la planificación de la familia y el apoyo psicosocial. Las clínicas móviles suelen ser la única manera de llegar a las mujeres afectadas por las restricciones de circulación, a las que viven en zonas remotas y a muchas que no pueden pagar los gastos de transporte a los centros de salud.
Ataques a la atención sanitaria
Nour*, de 36 años, quien vive en un campamento en Yenín, iba de camino a ver a un médico para un chequeo cuando cayó una bomba en la calle. “Escuché fuertes ruidos y vi a la gente huir; no pude regresar a casa para ver a mis hijos. Fui testigo de escenas horribles”, dijo al UNFPA.
De repente, ella también se doblegó en agonía. “Sentí un dolor grave en el abdomen, en la espalda y en todo el cuerpo. “Debido a la falta de acceso a la atención médica y al caos, no pudo visitar a un médico ni encontrar una clínica. En medio del pánico, poco a poco se dio cuenta de que algo terrible había ocurrido. “Me di cuenta de que había perdido a mi bebé”.
Para mujeres como Rana*, de 28 años, embarazada de siete meses y obligada a abandonar el campo de refugiados de Tulkarem, la lucha se tornaba insoportable. “Estoy mentalmente agotada por preocuparme de cómo daré a luz y llegaré al hospital si todo continúa así”, declaró.
“Me di cuenta de que había perdido a mi bebé”.
“No he recibido ningún tipo de atención médica durante un mes, ni he visitado a un médico porque no pude llegar hasta allí. Se me han terminado los medicamentos y no he podido permitirme comprar más".
La lucha diaria para sobrevivir
La violencia continua y la obstrucción de la atención médica han llevado a miles de mujeres a enfrentar retrasos potencialmente mortales en el acceso a los servicios. A los cinco meses de embarazo, Dina*, de 27 años, se vio obligada a tomar algunas decisiones peligrosas. “Salimos de la casa cuando el campamento fue invadido, estábamos aterrorizadas por los disparos aleatorios contra los residentes”, relató.
Su familia de diez miembros fue trasladada de un refugio superpoblado a otro, pero sin documentación ni un hogar estable, era casi imposible para la joven madre obtener la atención médica que necesitaba. Buscó la ayuda de un consejero en un espacio seguro apoyado por el UNFPA, uno de los seis que brindaban esta asistencia junto con la salud reproductiva, y fue derivada a una clínica para que le realizaran más exámenes de embarazo.
El UNFPA presta apoyo a hospitales y clínicas en toda Cisjordania con suministros médicos, equipo y medicamentos, incluso para emergencias obstétricas y cesáreas. Hasta la fecha, 26 parteras también han sido equipadas y contratadas para apoyar partos seguros en los centros de salud de emergencia, en un esfuerzo por garantizar cierta continuidad de los servicios esenciales de salud materna.
Para continuar estos servicios esenciales, el UNFPA necesita 99,2 millones de dólares en financiación para 2025, pero en abril se han recibido poco más de 13 millones de dólares.